domingo, 10 de noviembre de 2013

Simulcoop presenta Después de la superficie, primer poemario de Damián Lamanna Guiñazú
























Damián Lamanna Guiñazú nació en Buenos Aires allá por el 85, se críó en Ramos y vive en Haedo rodeado de artistas que andan en bici y toman helado de la Flores. Se reconoce fundamentalista de Thom Yorke, Roberto Arlt y Juan Román Riquelme, de quienes afirma son tres de los mayores creadores de la historia gracias a su carácter ciclotímico. Además, ama la música y toca cuerdas en silencio a la espera de una inspiración revolucionaria que le permita abandonar parcialmente su trabajo en el mundo comunicacional. En 2011 publicó la plaqueta Dormir en la espalda de la lengua. En noviembre de 2013 presentará Después de la superficie, su primer libro.


Un edición que raspa, de verdad

Somos como los ladrones que van en una camioneta con los mejores tesoros de cada barrio. Fuimos cargando telas, tijeras, guillotina, resmas y no permitimos que se corte el vuelo, el que nos hace ser la única editorial artesanal en un área industrial, militar y de clase media autodenominada refugiada. Ya pasamos por El Palomar, Pablo Podestá, Loma Hermosa y regresamos a El Palomar. Ahora estamos en Martín Coronado (como el autor, 1850-1919) terminando Después de la superficie, el primer poemario de Damián Lamanna Guiñazú. Se trata del libro de un muchacho que sabe cómo verter aquello que se instala en el frente de la mente y nos raspa con su presencia apercibida. Pasamos meses charlando con él sobre cómo materializar su obra, con sus características, y esta semana recién estamos en la etapa de cosido y armado de tapas. Lo hacemos en nada más que una semana y santificándolo con nuestra ansiedad. Acompañan esta edición las ilustraciones de Ana Belén Barbieri y Anahí Urani.

Lo lanzamos el sábado 16 de noviembre (lugar y horario por inbox), empieza así:


Adelanto de ilustración y poemas de Después de la superficie (Editorial Simulcoop, 2013)

"La superficie de una cama, a veces impoluta y otras inflamable como lo son una nación y sus límites protocolares que contienen a una sociedad tan neurótica como el amor." Prólogo, por Luis Puppo 











































la última vez
te habías sacado la remera
para pegar
y que te dieran
pero hoy te vi bajar del auto
en la puerta de un local
atrás de un cochecito
con un bebé todo rojo

traté de fijarme
si tu mujer
se parecía a ella
pero nada más le vi la espalda
me hubiera gustado decirte
que ese reloj te queda enorme
demasiado vistoso



tierra plana


te invité a pasar a la pieza
para escuchar que me odiabas

no fue la forma de tocarte
ni el olor de otro recuerdo entrometido
en la región más sucia de tus piernas
fue la palabra pieza
sus dos sílabas infantiles
como fragmentos de una totalidad
al borde del desmoronamiento

fue mi lengua de niño libre
el recorrido premonitorio
que partió del primer beso
se volvió tierra plana
y acabó en un túnel vacío
junto a los bocetos de tantos hijos

con que poblamos los rincones

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