viernes, 23 de noviembre de 2012

Fin de año y puesta en marcha de la poesía

*Entrevista publicada a modo de prólogo en La mecánica de los días (Editorial Simulcoop, 2012)

Cuando conocí el título de tu libro  pensé que había dos sentidos ahí: por un lado, la idea de un mecanismo mediante el cual funciona lo cotidiano, algo abstracto, y por otro lado, lo concreto y barrial, que es pensarte a vos como una mecánica que se pone el overol para reparar los días. ¿Qué interpretación es más adecuada? 

La mecánica de los días tiene que ver con las fuerzas capaces de producir movimientos, el funcionamiento de lo cotidiano. Al día lo veo acá como una máquina concreta, con sus engranajes y tornillos, que produce movimientos armónicos y caóticos. Pero también dentro de la cotidianeidad está lo otro que compone los días, eso abstracto. Es una energía que está por debajo, por arriba, entre medio de los motores. No sabemos muy bien cómo funciona, pero sabemos que está. Los días están hechos de aquello que conocemos como dinámica: hay una lógica en lo cotidiano. Pero para aquello que los hila no hay entendimiento. La energía que une los cuerpos con otros cuerpos, los cuerpos con las herramientas, las casualidades escapan a los mecanismos de interpretación. Sin embargo, esa energía sigue ahí y es lo más fuerte. Más fuerte que el acero de los tornillos y las velocidades de cualquier motor. No había pensado en mí como una mecánica de Caseros, toda vestida de azul, quizá. Aunque podría ser, me gusta y es viable esa interpretación. Hay un poco de reparación. Si pienso en lo caótico de los días, del tiempo, entro en los poemas con mi caja de herramientas para, por lo menos, reparar los engranajes, que es lo que puedo tocar. La energía que va entre medio es tan superior que hace su trabajo (aunque es parte también el querer luchar contra ella) y se repara sola, de algún modo.

Si te ponés en el lugar de lectora de tu propia poesía, ¿pensás que cada uno de tus poemas responde algo de vos? 

Creo que cada poema tiene algo propio o algo de lo que/quien me rodea, aunque sea pequeño. A partir de ahí nace y se va encontrando con otras cosas en el camino. Con lo que no existe, a veces, también.

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Tres primeros poemas de La mecánica de los días (2012, Editorial Simulcoop)



La música entra y me avisa

El primer sentimiento de mi vida funda
la génesis de una cadena
de otros sentimientos.
El miedo
a todo lo que estuviera fuera de mí
y sobre todo dentro.

En la plaza suena la murga
la gente que vive en mi casa pide silencio,
sin embargo la música entra y me avisa
que es momento de bailar.

Ya no es más el tiempo
de intentar ser siempre la preferida,
esa que tiene una fe crédula
previa a toda herida.







Estación Villa Bosch

Conozco de memoria
los escalones de la estación
que forman escaleras, bancos o camas.
Me alcanzan, mugrientos
al lugar donde llega el tren.
Cuento las baldosas
para quedar en el mismo vagón
todos los viajes.
Con las voces que hay,
masitas, linternas, cuadernos
y canciones chacareras,
entro en las páginas del libro
donde antes no cabía;
ahora que los sonidos
me acompañan a andar.
Apoyada contra la puerta que no abre
del tercer furgón
todavía veo las caras
que miran mi contratapa.
Imagino que lo conocen
y saben bien la historia en la que ando.
Siento la sonrisa de la protagonista en mi cara,
el pelo se agita con el viento que no hay.
Sonrío. Todos ahí saben
a mí me gusta viajar como en una novela.







Potosí

Hay un lugar en el mundo
donde el tiempo no pasa.
Se queda mirando y avanzan
los carros de especias, los turistas,
ella anochece en el mismo sitio.
Tiene una casa chiquita como sus hijos
es lo mismo la silla de la cocina
que el cordón de la vereda, un político
con poder que el celador del bus.
Es la misma que su abuela, con distinta ropa.

Desde el hostal de enfrente la veo bien,
me faltan sólo dos días para partir.
Miro mis manos resecas
y pienso en la crema que olvidé en casa.
A veces la superficialidad me queda bien,
otras me hace apunar.




Melisa Papillo nació en 1984 en Caseros, Provincia de Buenos Aires. Se licenció Letras en la Universidad de Buenos Aires y actualmente es docente. La mecánica de los días es su primer libro de poesía.